José Rogelio Cárdenas



 Era un día cualquiera. Otro más en el trabajo.
 No sé por qué chambeo en Gobernación. ¡Sólo Dios sabe¡ Yo quería ser ingeniero en minas, o bueno,
 que mi padre por fin se  hiciera rico en una de sus
 tranzas.
 Tomo una taza grande de té, ya no de café . Es malo para la salud.
 
-Aggh, sabe a madres¡

Pinche Malú, me convenció.  Abro la puerta de la sala de monitoreo. Maldito Luis, volvió a coger en el turno de noche.

- Mmm, qué tiradero... que recoja otro.

Por fin, a dormir.  Enciendo los pantallas.

Rrcrcmtt.
PUSSSMMM

- Ah, cabrón - grito al tiempo que me caigo de la silla.  Acaban de tronar tres pantallas de T.V. Las otras no tienen imagen.  La mitad de las televisoras del país salieron del aire.

-¿Qué pasa?  -. Comienzo a sudar.  Estoy nervioso.

Tomo el teléfono.  Marco al despacho. Sólo estática.
Todavía hay señales en tres canales:  Red Pirata del D.F., el pendejo de Jacobo y el 7. Red Pirata ha salido a la calle. No sé que demonios están transmitiendo; sólo veo un cielo rojo, un mont6n de nubes y cientos de  puntitos cayendo.

-¿Alas? ¡Alas!  Y traen espadas. ¿Qué son?

Tomo la pistola del cajón.  Voy a cortar todas las señales.
Hay sonido.  Al habla, un tipo con armadura.  Un reportero le acerca un micrófono.

- Mexicanos...

Lo interrumpe otro de los seres alados.

-Arcángel Gabríel, se acercan tanquetas de los tenoscas.
- Bien, Aleph.  Usen la artillería celeste.
- A la orden.

Corto las transmisiones, pero ahora espero... un sonoro rugir del cañón.



Alan Carlón y Marco Antonio Lizalde

1.- Dragón Ilustración de Alan Carlón para Apuntes sobre Fantasía, artículo de Laura Michel y Rogelio Cárdenas
2.- Amo del calabozo Ilustración de Marco Lizalde para El juego de Rol II por Adolfo Tavizón y Rafael Vargas